El aceite de ricino es rico en ácidos grasos esenciales, que pueden mejorar la calidad del pelo y reducir su fragilidad. Es capaz de restaurar las alteraciones de las propiedades físico-químicas de la vaina del pelo que se producen a causa de agentes externos, como el calor que desprenden aparatos como el secador y las planchas, y agentes químicos, como algunos tintes.